lunes, 7 de enero de 2013

EL DIRECTOR HIPOCRITA

Llevaría como dos meses trabajando de botones en la Caja de Ahorros que estaba situada frente al colegio donde yo había cursado mis estudios hasta dos meses antes de la fecha.
Entró el director del colegio para abrir una cuenta corriente, ya que era la única Caja de Ahorros que había en ese barrio y además estaba justo frente al colegio. No quisiera pensar que el hecho de trabajar yo allí hubiese influido en la decisión del director, puesto que yo nunca fui de su agrado. Ese hombre que me había dado autenticas palizas, cabezazos contra la pared, con una vara en la mano y varios métodos crueles que el utilizaba con los peores y yo realmente era de esos peores.
Cuando entró en la oficina se dirigió al Director tras saludarme y procedió a solicitar la apertura de cuenta. Le explicó al director de la Caja de Ahorros que el era el director del colegio de enfrente y que yo había sido alumno del colegio, pero para mi sorpresa.........
empezó a alabarme diciendo que yo había sido uno de los mejores estudiantes del centro, que era formal, educado, estudioso, vamos, un ejemplo y que el colegio se sentía orgulloso de que yo fuese un ex-alumno de ahí.
Yo no sabía que decir, recordaba los insultos, las patadas, las palizas, los castigos y me sentía tan mal que solo pensaba en que los peores males invadiesen a aquel hipócrita que ahora me consideraba un ejemplo, cuando antes me trataba como a un autentico apestado. Volví a desearle mal, todos los males del mundo. Intentaba insinuar que mi éxito laboral (trabajar allí con 14 años, era un logro) era gracias a su educación.  Ninguno de mis compañeros, ni aún los que sacaban las mejores notas consiguieron un puesto de trabajo de la categoría del mio.
Yo no tenía nada que agradecerle, al contrario. Pero no dije nada. Me limité a mal decirlo en mi interior y a sonreirle falsamente.
Pasaron alrededor de 3 semanas cuando una secretaria del colegio entra a la oficina y tras ingresar para su cobro unos talones, me comenta que al director le han diagnosticado un tumor cerebral y que está en fase terminal. La siguiente semana fué enterrado.
Yo empezaba a pensar que las casualidades eran muy curiosas.

jueves, 6 de diciembre de 2012

EL NIÑO VELOZ

No sé si este episodio fué cronológicamente el siguiente. Mis recuerdos son vagos. Pero creo que el siguiente suceso que tiene semejanza con los otros es este:
Yo contaba con catorce años y ya trabajaba en una Caja de ahorros, estaba situada en la otra punta de la población donde yo vivía, la distancia podía rondar los dos kilómetros más o menos, casi tres. El recorrido lo hacia diariamente a pié. Por la mañana entraba a trabajar a las 09:00 y salia a medio día a las 15:00.
Cuando regresaba a casa solía encontrar a los niños que iban camino de la escuela, la mayoría de mi misma edad. Había un chico que se burlaba de mí porque yo vestía traje y corbata, no diré que mi aspecto era ridículo, pero si era algo desacostumbrado para un niño de 14 años. Cuando se cruzaba conmigo, lo hacía por el lado contrario de la carretera y a distancia me insultaba y se reía de mí. Las dos o tres primeras ocasiones no hice caso, pero después de eso le plantaba cara y le contestaba (a distancia también) pero eso no servía para desanimarlo, al contrario cada vez sus insultos eran más ofensivos. En una de esas ocasiones ya pase a la acción y empecé a perseguirlo corriendo, pero él era más rápido que yo y no lo alcancé. En la segunda o tercera persecución, casi lo alcanzaba, pero él corría mas que yo y corría mientras me seguía insultando, el ansia de venganza me cegaba y en esas pensé con todas mis fuerzas:
-- ¡Ojalá te cayeses! Ibas a saber lo que es bueno entonces.
Fué tener ese pensamiento y al instante, sus pies parecieron tropezar en el aire con algo y cayó planeando sobre el suelo, sus rodillas, barbilla y nariz, recibieron de lleno el porrazo, llegué donde estaba él, aun caído y cuando vi su aspecto y sus lágrimas, le dije que si continuaba insultandome, la próxima vez sería peor.
Me fuí dejándolo en el suelo y jamás volvió a meterse conmigo.
Casualidad? Para mí fué solo un golpe de suerte. Tu crees que pudo ser algo más que eso?.

lunes, 3 de diciembre de 2012

PELIGROSA INOCENCIA

No habrían pasado aún dos meses del anterior suceso, cuando un nuevo episodio de ese "poder" se aliaba conmigo para dar un escarmiento a quien bajo mi punto de vista se lo merecía.
Había ido a pasar el fín de semana a casa de un amigo de la familia, vivía en otro pueblo, Mataró, una ciudad a menos de diez kilómetros de donde yo habitaba.
El sábado por la tarde después de comer fuimos a dar un paseo y a utilizar los columpios del parque forestal, allí habían toboganes, cuerdas, columpios, balancines y alguna cosa más. Mi amigo quiso que nos subiésemos en una barquita que era un columpio pero para dos personas, los usuarios iban sentados uno frente al otro y se impulsaban mediante una palanca central.
Columpio similar al del suceso.
Llevábamos un par de minutos columpiandonos, cuando llegaron un tres chicos mayores que nosotros, tendrían alrededor de catorce o quince años, se acercaron a nosotros y empezaron a impulsar la barquita que estábamos utilizando, lo hacían con mucha fuerza y la barquita cada vez subía mas alto, llegó el momento en que nos parecía que nos íbamos a caer porque la altura era mucha y la barquita daba trompicones al llegar al máximo, les rogábamos que nos dejasen en paz, pero ellos se reían de nosotros y seguían impulsando la barca. Yo cada vez que la barca llegaba a su máxima altura por mi lado, es decir yo miraba hacia el frente y al chico que empujaba lo veía desde arriba.
No sabía que hacer, cuando se me ocurrió que si le escupía un gran salivazo cuando estuviese justo encima de él, pararía de empujar por unos instantes y en ese tiempo a nosotros nos daría tiempo de frenar la barca y apearnos. Carraspeé un par de veces para formar un gran salivazo lo preparé para lanzarlo y cuando llegó el momento justo.......... inexplicablemente al chico se le fueron los pies hacia adelante y cayó sentado en el suelo, justo frente a la barca que bajaba. El golpe fué tremendo, recibió en plena cara el golpe de la barquita de hierro con toda su inercia y nuestro peso. Sin pérdida de tiempo frenamos aquello y salimos corriendo, pero no sin antes darnos cuenta de como había quedado el gamberrete: sentado en el suelo y con la cara totalmente ensangrentada. No supimos nada más del asunto, pero yo he recordado muchas veces ese momento y sin duda ninguna, las lesiones tuvieron que ser de importancia, de mucha importancia.
Volvimos a casa y guardamos secreto sobre lo ocurrido esa tarde.

jueves, 29 de noviembre de 2012

SE CUMPLE MI DESEO

Tenía 13 años y salia del colegio en compañía de algún compañero, caminabámos por la acera en dirección a la parada del autobús, nos cruzamos con el padre de uno de los compañeros de clase, concretamente el que tenía una tienda de electrodomésticos enfrente del colegio, debido a eso era conocido por todos. Cuando nos cruzamos en la acera con él, notamos que su paso se tornó vacilante y apoyó su mano en la pared para sostenerse y así mantener el equilibrio, pero eso no fué suficiente para mantenerse en pié y cayó al suelo. Yo nunca había visto a un adulto caerse de esa manera.
Enseguida salió gente del bar y lo atendieron, nosotros continuamos nuestro camino a la parada del bus. Allí nos sentamos en las escaleras de un edificio a esperar que llegase.
Mientras esperábamos, casualmente pasó nuestro compañero, el hijo del hombre que habíamos visto caerse. Corrimos a explicarle lo que había pasado, que su padre se había caído en medio de la acera y que habían tenido que salir del bar a recogerlo. Su reacción fué inesperada, dijo que eramos unos mentirosos y que a su padre no le había pasado nada, aseguró haber estado con el hasta hacía unos segundos y que era todo una mentira. Yo intente explicarle que eso había ocurrido apenas hacía unos minutos. El niño insistió en que eramos unos mentirosos. Por alguna razón éso lo hacía sentirse avergonzado y por eso lo negaba. Yo impotente por no poder hacer que me creyese le dije que cuando llegase a su casa se lo preguntase y ya vería como era cierto el incidente.
Al día siguiente en clase le pregunté si ya se lo había preguntado a su padre, esperando que me diese la razón, reconociendo su error del día anterior, pues no solo no me dió la razón sino que me dijo su padre le había dicho que era mentira, que no se había caído y que todo eso era un cuento.
Me quedé atónito. No entendía que me pudiese negar lo que yo había visto con mis propios ojos, entonces yo, rabioso, le dije desde lo más profundo de mi corazón:
-- Ojalá se muriese tu padre. Así verías que es cierto lo que te digo y si el miente, se merece morirse por mentiroso.
Pasó la mañana y por la tarde cuando entramos en clase,  todos lo comentaban, esa mañana había muerto el padre de un ataque al corazón.
Fué una casualidad (o así lo creí entonces) a la cual no hice caso y olvidé el incidente. Desgraciadamente no sería el único incidente de ese tipo que me ocurriría.

viernes, 16 de noviembre de 2012

MI PRIMER RECUERDO

El primer recuerdo que tengo sobre algún suceso extraordinario data de cuando tenia alrededor de los cinco años. Recuerdo que solíamos ir de visita a casa de unos amigos de mis padres, ellos tenían una hija algo menor que yo, podía tener tres o cuatro años, en la ocasión que recuerdo, estabamos jugando solos en una terraza o patio donde había un barril de plástico lleno de agua. El barril era más alto que nosotros, por lo que no veíamos su contenido, la niña acercó una sillita o un tamburete para que pudiesemos ver que había en el bidón, pues yo recuerdo que mientras ella miraba dentro, inclinada sobre el bidón, su cintura se apoyaba en el borde, yo con un pequeño empujón hice que cayese dentro del bidón, recuerdo que entró de cabeza y agitaba los pies al no poderse dar la vuelta para sacar la cabeza del agua, yo la observé unos instantes y creo que cuando dejó de moverse, fuí a por ayuda. No recuerdo nada más al respecto. Las pocas veces que les he mencionado ese recuerdo a mis padres, (jamás he admitido que la empujé, siempre recuerdo haber dicho que se cayó) ellos dicen no saber de que hablo. Quiza en cincuenta años he preguntado por ese vago recuerdo en dos o tres ocasiones, siendo siempre idéntica la respuesta.
¿Cual es la realidad? ¿Por qué mi recuerdo es tan claro? Me gustaría saber que pensais.

jueves, 15 de noviembre de 2012

PRESENTACION

Por lo que he podido ver y constatar personalmente, hay personas que tienen ciertos poderes que el resto de los humanos no posee. En algunos casos son simples curiosidades puesto que pueden demostrar cierta habilidad para algo muy concreto (doblarse los dedos, soportar una llama, acertar una carta o número o color, realizar cálculos mentales complejos, recordar una larga lista de nombres, etc.)
Hay personas que van más allá de eso. Estas personas mas avanzadas, generalmente son muy reacias a comentar sobre sus poderes y mucho menos a realizar demostraciones de ellos. Saben que en caso de que la gente se lo creyese, para lo más que podría servirles es para actuar como curiosidades de feria.
Yo desde niño poseo ciertos poderes, he visto sus resultados pero a pesar de todo no llego a estar convencido de que mis poderes son reales, creo que seguramente son una conjunción de casualidades que bajo una interpretación generosa y mística, podrían tildarse de hechos extraordinarios, pese a que se han repetido y siempre en las mismas circunstancias.
En ocasiones he intentado hablar con mis amigos al respecto, los que lo han tomado en serio no creen que sea real y los que no lo han tomado en serio, se ríen y hacen chistes sobre ello. Por lo tanto es algo de lo cual jamas he podido hablar profundamente con nadie y creo que a la mayoría de personas que han descubierto ser poseedores de algún "poder" les ocurre lo mismo.
En internet y a través de este medio, podemos resguardarnos trás el anonimato y comentar con toda tranquilidad y confianza cual es nuestro caso, o bien algún caso que conozcamos de primera mano. Es el sitio adecuado para preguntar, para buscar cibercompañeros con quien practicar telepatía (por poner un ejemplo) o para practicar los sueños vívidos o viajes astrales o lo que sea.
Este blog no tiene otra ambición que ser ese medio de conexion entre los que preguntan y los que responden, entre los que quieren ser escuchados y los que quieren que les cuenten sus experiencias.
Yo contaré las mias, pero sin ningún afán de protagonismo, solo quiero vuestra opinión y ver las cosas claras, ¿podeis ayudarme?
Si teneis algun comentario, os lo agradeceré.